Foto: Gontzal Santacoloma
Seb consigue su segunda victoria en este rallye (la primera en una edición puntuable para el Mundial) tras una formidable remontada con su Volkswagen. Bouffier ha sido la gran revelación al clasificarse segundo con un Ford privado. Meeke ha finalizado en puestos de podio con el Citroën para sorpresa de muchos. Una avería eléctrica en el último tramo ha dejado fuera a Hirvonen
Ogier no solo ha reemplazado a Loeb en el trono del Mundial. También le ha dado el relevo como Principado de Mónaco. De las ocho ediciones mundialistas del 'Monte' celebradas desde 2003, siete de ellas habían tenido como vencedor al gimnasta deHaguenau; la última de ellas hace un año, en la despedida triunfal de La Rascasse del piloto de la Alsacia. Pero ahora que el cetro había quedado vacante era necesario encontrar un nuevo sucesor. Y como no podía ser de otra manera, ese no ha sido otro que su tocayo Ogier.
A pesar de las vicisitudes que hicieron mella en él durante la primera jornada, el galo se repuso de formidable. Y después de colocarse líder como y cuando quiso, con una exhibición para enmarcar durante la tarde-noche de ayer, en los tramos del sur de Gap, hoy, con el Turini como colofón -mas con una sola pasada, pues la segunda, un año más, se ha tenido que neutralizar después de que Melicharek errase, bloqueando la carretera-, no ha hecho sino reafirmar su condición de nuevo Príncipe del 'Monte', con una victoria que le adentra en la nueva temporada de la misma manera que rubricó la anterior: como dominador supremo del Mundial.
Bouffier, avispado y corajudo, pujando como ha estado durante más de medio rallye por culminar la proeza de ganar el Monte-Carlo con un Ford de alquiler, ha coprotagonizado el fin de semana con Ogier, completando el doblete de la Francia alpina, y revelando, sobre todo, sus capacidades como posible merecedor de un coche oficial, quizá, en algún rallye de asfalto.
A Meeke eran muchos los que veían aparcando fuera de la carretera su DS3 WRC en los primeros tramos del rallye. Pero al final ha callado muchas bocas, no solo llevando su coche intacto a meta -a diferencia de lo que hizo el año pasado, en sus dos únicas participaciones con Citroën en Finlandia y Australia-, sino, además, aupándolo al tercer podio de un rallye que había ganado dentro de la Júnior en el año 2005.
Su compañero Ostberg ha rubricado, con un cuarto puesto, un prometedor comienzo de campaña para la nueva y controvertida plantilla del equipo Citroën, francamente mucho más positivo de lo que vaticinaba la mayoría. El noruego ha sido el primer nórdico en la clasificación de un rallye como el 'Monte', por delante de Latvala, quien, a diferencia de otros años, no ha cometido errores de pilotaje, y a pesar de un pinchazo ha podido labrarse, con un par de scratch, un quinto puesto como recompensa a un rallye de menos a más.
Evans, la nueva joven apuesta de Malcolm Wilson, si bien no ha cuajado un rallye descomunal, ha cruzado indemne la meta de su primer 'Monte', a la que ha llegado, además, como primer (y único) efectivo de la cuadrilla de M-Sport, tras el postrero abandono por avería eléctrica que ha dejado fuera en el tramo final a su compañero Hirvonen. Lo cual ya es bastante para un muchacho de su edad. Claro que sus dos ouvreurs, su padre, Gwyndaf, y Phil Mills (Campeón del Mundo en 2003 con Petter Solberg), galeses todos, cómo no, seguro que habrán tenido algo que ver...
Fuente:Nacho Villarin